Por: Guillermo Zafra-yiyozafra@gmail.com

Bloque de búsqueda, en
mi opinión, es la elección correcta para narrar nuestra historia y lo afirmo
porque creo que la televisión es un arma de entretenimiento que sin endilgarle
una responsabilidad más allá de esa, puede ayudar a construir memoria cultural.
Los canales se empecinan en contar el lado oscuro de
nuestra historia y de hacerle rimbombantes productos al bando equivocado.
Tres caínes, sin tetas no hay paraíso, el cartel, etc, etc y ¡etc! En lugar de buscar los mártires y
víctimas, prefirieron contar desde los victimarios. ¿Qué se puede esperar si de
ejemplo tomamos a los que, en la realidad, hicieron el papel de malos?
Si hay algo de admirar en los ejercicios narrativos de
los norteamericanos es que son unos maestros construyendo historias de héroes,
y ojo que digo héroes y no superhéroes. Ellos han sido capaces de llevar los
actos más profundos de la realidad humana y resaltarlos como ejemplos de una cultura
que todo lo puede.

Quizás solo por eso, aunque no es lo único, le
reconozco un gran valor a Bloque de búsqueda. Éste está contado desde el
lado de los buenos, de los que le creyeron más a los principios que al dinero,
de los que prefirieron la gloria del reconocimiento y no la banalidad de la
opulencia.
Tres caínes nunca debieron
ser la historia de los Castaño, debió ser la historia de Jaime Garzón y claro,
al calor de ella, debió ser un eje narrativo la historia de los siniestros tres
hermanos.
El cartel de
los sapos no debió ser la historia de los
narcos del suroccidente, debió ser la historia de Rosso José Serrano.
Sin temor a equivocarme, había mayor valor
dramatúrgico en las historias si se hubieran construído desde el lado de los
buenos.

La historia es dinámica y tiene un muy buen ritmo, uno
logra desesperarse con tanta impotencia de los integrantes del Bloque y
no puede creer que a pesar de tanta corrupción, la fe y la esperanza sigan
intactas.
Uno se emociona al saber que, al final, ellos, los
buenos, van lograr su objetivo.
Y cabe rescatar el trabajo actoral de Sebastián
Martínez, que ha logrado mostrar a un capitán Gavilán lleno de contrastes, de
contradicciones, pero profundamente humano, profundamente convencido y
profundamente infranqueable en su determinación de terminar con Pablo Escobar.
Quizás por eso, en medio de todos los atentados que le
han hecho en la parrilla, ha logrado sostenerse y, no solo eso, ha logrado
subir su promedio de audiencia a tal punto, que es el producto que más marca en
el canal.
Desde el comienzo, este Bloque debió ser el
producto en la franja de las 8 de la noche. Ahora, que está a punto de
terminar, ojalá deje la enseñanza de que las historias de un pasado, tan
violento y delictivo como el nuestro, hay que contarlas, sin ninguna duda,
¡desde el lado de los BUENOS!