lunes, 19 de septiembre de 2016

¡La narcocrisis del televidente!


Por: Guillermo Zafra-yiyozafra@gmail.com



Nuevamente, está sobre el tapete la discusión de las temáticas sobre las cuales la televisión debe  construir sus historias. Esto, en particular, se refiere a las series que hablan del narcotráfico y sus protagonistas.



Como siempre, salen defensores y detractores a poner sus opiniones a consideración del público. En lo personal, creo que estas temáticas se deben abordar desde el lado de los buenos, tal y como lo había afirmado en el artículo de Bloque de búsqueda, pero también comparto la idea de que hay una saturación una sobreexposición del tema.



Entiendo a aquellos que hacen las críticas y reclaman productos con temáticas diferentes en la pantalla. No obstante, lo cierto es que olvidan que la televisión, al menos la comercial, es una industria y, como cualquier otra industria, debe producir aquello que sea rentable.



Muchos podrán decir que los productos solo hablan de violencia y ejemplifican comportamientos que no se debieran mostrar, cosa que es tan relativa como discutible. Como dicen por ahí: dejar de mirar al sol no quiere decir que deje existir.



Ahora bien, como cualquier industria, la televisión quiere vender sus productos, quiere que el público los consuma y toma riesgos con diferentes temáticas, las expone frente a la audiencia y espera que el rating hable de la aceptación o no de la misma.



Endilgarle a la televisión una responsabilidad educativa o formadora cuando su propósito es entretener y culparla de poner temáticas que, a los ojos de muchos, no son las adecuadas es como vender el sofá cuando se encuentra a la pareja siendo infiel en él. Como dicen: no hay peor ciego que el que no quiere ver.



Los canales trabajan una temática de manera consecutiva porque el público la consume, porque el público la respalda con el rating. Un claro ejemplo de esto es ver como, desde un tímido comienzo, Sin tetas sí hay paraíso ha subido considerablemente, de tal manera que su promedio de audiencia ya está sobre los 10 puntos personas.



¿Cómo decirle al dueño de la tienda que no ofrezca más empanadas, que es lo que más vende, porque los vecinos se quejan de que hay muchas personas en la entrada de la tienda y eso no es de su agrado?



Es iluso pensar que se dejen de elaborar o de tocar temáticas que ofrecen claros resultados en el rating y por ende en las ventas.



Si de verdad esas temáticas molestaran al público, no las vería. Ya quedó demostrado que la audiencia está saturada de las bio-novelas y por eso los bajísimos resultados de Todo es prestao.



No cabe duda de que RCN lo pensará más de dos veces antes de lanzar su producto sobre Pambelé. Los televidentes enviaron un mensaje claro.



Aunque he sido crítico con varios de los productos que están en nuestra pantalla, también entiendo que la televisión comercial es una industria que ha sido creada para entretener y generar dividendos. Pedirle que no produzca lo que vende, sería ser más que iluso; incluso, irresponsable con el objeto mismo de la televisión.



Lo sensato es entender que la responsabilidad de esas temáticas está en manos de la audiencia, del televidente. Ningún canal de entretenimiento va a mantener en pantalla, tozudamente, un producto al que el público le da la espalda y, si lo hace, es porque no tiene algo con que reemplazarlo.



La responsabilidad de que se siga trabajando sobre las temáticas que algunos critican no es de los canales, es de quienes consumen el producto. La industria de la televisión entiende que producir algo que no se ve es perder dinero… ¡mucho dinero!



Pero también entiende que producir algo que el público ve, es ganar dinero… ¡mucho dinero!


Seamos televidentes responsables porque en quien mira está el poder de decidir qué quiere ver, y eso lo entiende la industria de la televisión que trabaja para tener pegados a las espectadores a la pantalla, pero, en últimas, eso es una decisión personal, ¡porque a nadie lo pueden obligar a ver televisión!

2 comentarios:

  1. Buenas tardes:
    Mi problema con las narconovelas es que demuestran una de las facetas mas hipócritas del televidente colombiano: Se quejan que en el exterior nos identifican con delincuentes, pero hacen esta clase de productos y los respaldan con rating. En el caso de "Sin tetas sí hay paraiso" no se entiende porqué darle rating a un producto tan mal actuado, de libretos predecibles y que no aporta nada ¿será porque el rival vale menos la pena?

    Y hoy, a ver el futuro producto sobrevalorado de Caracol. Se les abona que no sea otra narconovela ni otra bionovela.

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    1. Es bueno que el televidente también asuma su responsabilidad en la construcción de la televisión que ve. A veces se queja mucho, pero sigue viendo como si nada y mientras haya público... habrá empanadas!

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