Por: Guillermo Zafra-yiyozafra@gmail.com

Insistir en la misma fórmula hasta el
cansancio, parece ser la única estrategia de programación de RCN y eso que ya corren
nuevos vientos en el departamento de programación del canal.
No se necesita ser muy conocedor, ni
tampoco un experto para saber que… ni tan poquito que no alumbre, ni tanto
que lo queme. Es claro que la bionovela ya está agota y hay que dejarla
descansar.
Si haber tenido un tímido 6 en pleno
lanzamiento del horario triple A no es la comprobación de que el género ya está
desgastado y es hora de dejarlo de lado, todavía pueden intentar con Pambelé!
De todas maneras, no estaría de más que
siguieran un consejo… guárdenla por un muy buen tiempo, más del que lleva en la
bodega, porque si la tienen guardada es porque no le tienen fe y si a esa no le
tienen fe y a las que programaron sí… ¿imagínense cuáles serían los resultados?
La historia de Galy tal vez no sea la
mejor, pero, desde mi juicio, vale la pena contarla. Ahora, la pregunta es cómo
y cuándo. Y ahí, como cosa rara, es donde fallan.
Todo es prestao tiene la intención de ser una bionovela
con humor y la han planteado de esa manera, pero como suele pasar en esas
apuestas, la línea que separa el humor de lo ridículo es muy delgada. Si no se
sabe cómo hacerlo, se termina pisando el segundo terreno pensando que se está
parado en el primero.

Además de lo mencionado, lo único en lo
que vale la pena hacer énfasis, es la inclusión del elemento de narración
directa y ruptura de cuarta pared, es decir, cuando el protagonista se sale de
la historia para dejar de ser personaje y pasar a ser narrador. ¿Se les
ocurriría viendo House of cards en Netflix?
No sé si la maestría con que lo hace
Kevin Spacey tenga algo que compararse con una idea de libreto, con un actor
que apenas comienza. Mucha tela por cortar al respecto y, en mi opinión
personal, ni aporta en lo narrativo ni está bien hecho en lo dramatúrgico.
Así llegan las nueve de la noche para
entrar a ver el segundo lanzamiento “Sala de mentiras” —perdón— Sala
de urgencias 2. Sin duda yo le cambiaría el nombre.
Este producto sí que tiene bien poco que
rescatar y lo que más extraña es que la primera temporada no estuvo mal y
tampoco tuvo un rating tan bajo. Quizás por eso, se suponía que el producto
tenía ventajas en la segunda edición. El camino ya era conocido y recorrido.
Pero como si se les hubiese olvidado lo
que habían hecho en la primera temporada, la serie comenzó con una muy marcada
característica… todo se resuelve por arte de magia.
Una historia tiene, básicamente, un
planteamiento, un desarrollo, un clímax y una resolución. Pues bien, en Sala
de urgencias hay planteamiento y resolución de los casos. De desarrollo y
clímax… más bien poco, por no decir nada.
Se queda uno pensando si es un problema
de edición, lo cual revelaría que hubo muchos problemas con el material en
grabación, pero, si es un tema de libreto…, ¡perdimos el año!
Vemos como el lesionado entra al
hospital y mágicamente ya está atendido o pegado el dedo o ya descubrieron que
se está haciendo el de las gafas para esconderse de la mujer, etc., etc. Para
los que no entienden los ejemplos, no importa, igual quedamos los que vimos el
capítulo… ¡no entendimos nada!
Si los conflictos y las situaciones
están contadas así en todos los capítulos, esta será una serie que muy pronto
llegará a cuidados intensivos.
Aunque tengo colgado un artículo sobre Sin tetas si hay paraíso, era
inevitable escribir sobre los lanzamientos de RCN, pues los estrenos de las
diez de la noche de la semana pasada (En
la boca del lobo e Hilos de sangre azúl), tuvieron tan bajo impacto, que
aún muchos ni se enteran que están al aire.
Con esos números ya pueden estar
seguros que perdieron el año y, una vez más, a pensar en el siguiente a ver si
por fin… ¡aprenden
y dejan de repetir los mismos errores!
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