martes, 21 de febrero de 2017

¡JJ, comandante del rating!




 Por: Guillermo Zafra-yiyozafra@gmail.com


Caracol ha lanzado con bombos y platillos su producto internacional JJ, basado en el libro del lastimosamente famoso sicario insignia del cartel de Medellín.



Lo primero que vale la pena que el público sepa es que este es un producto en alianza internacional, al igual que RCN con El comandante. En este caso, Caracol, que tiene mejores espacios comerciales, unió fuerzas con Netflix para este producto.



Si bien la polémica ha acompañado a este producto y no es para menos, hacer dramaturgia a partir de un personaje que, de cierta manera, se ha convertido en una vedette a punta de hacer la recopilación histórica de un época dramáticamente violenta, debería generar cuestionamientos.



Más allá de si este personaje o no merece estar en pantalla, uno se pregunta si era el momento para hacerlo.



Las historias de los delincuentes siempre han sido fuente de inspiración en la humanidad. Grandes libros se han escrito alrededor de estos personajes, se han hecho memorables películas y, claro, la televisión ha usado el delito como generador de contenido.



Desde hace varios años, nos ha acompañado en nuestra pantalla la presencia o, mejor, la casi omnipresencia de Pablo Escobar en distintos productos, pero lo cierto es que este personaje ya no está con nosotros, murió, y ahí hay una clara diferencia.



Ahora, tener la historia de un personaje que aún está vivo, que está libre, que escribe un libro y que ha tomado una inusitada presencia en los medios de comunicación, sí nos deja pensando que en este país el delito y la corrupción… ¡si pagan!



¿Es esa la marca que Caracol quiere promover? No sé si se hagan la pregunta o no, no sé si la alianza para producir el producto era demasiado rentable como para no hacer cuestionamientos éticos y no sé si el jabón del rating alcanzado es suficiente para lavar los atisbos de remordimiento.



Si se dejan de lado las consideraciones morales y nos centramos en lo televisivo, hay que decir que el producto está bien hecho y, muy contrario a lo que pasa con El comandante de RCN, la edición respeta la construcción de la estructura narrativa.



Como resumen, éste es un producto que se cuenta bien y que sabe enganchar al televidente.



Pero, para poder completar este panorama, es muy importante preguntarse qué pasa con el público. Porque si bien el que estas temáticas se pongan en pantalla es decisión de canales y productores motivados por un beneficio comercial, la responsabilidad de que se mantengan al aire es del público.



¡Qué tenemos en la cabeza como sociedad que respaldamos una serie como JJ  y le damos el tercer puesto en el rating con un promedio de 8 puntos!



No nos podemos quejar de que el agua está envenenada, si fuimos nosotros los que decidimos tomárnosla.

1 comentario:

  1. Buenos días.
    Discrepo totalmente en cuanto a la "calidad" del producto mostrado: Diálogos delirantes (¿A qué mente enferma se le ocurre creer que Popeye dijo a su víctima que lo mataba por estar a favor de la extradición de nacionales a EEUU? ese hampón seguro solo disparó y ya, lo demás son licencias rocambolescas), y del resto, lo-mismo-de-siempre: El delincuente reconvertido en personaje de culebrón intragable de 60-80 capítulos. Las actuaciones A P E S T A N ¿Quien le dijo esa mentira a Urrego de que es buen actor? He visto actuaciones mas histriónicas en un bazar de colegio.
    Y claro, a los "creativos" del canal de la Floresta les importa un carajo el mal ejemplo dado. Para ellos lo que les represnete billete bien les vale hacerle novela a cuanto delicuente haya parido esta tierra. Las víctimas les valen h...
    Por eso las cifras que tiene: Lejos de esos pretendidos 10 o 13 puntos que llegó a tener su antecesora STSHP, la historia edulcorada de Popeye no ha alcanzado ese ansiado puntaje de dos cifras, que, desde luego, ni merece por la forma ni por el fondo.
    Sigo insistiendo: Ya la bionovelitis cronica que llevamos debe parar. Gente que NO se lo merece como Popeye no puede lucrarse de nuevo con todo el daño que ha hecho.

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