martes, 5 de diciembre de 2017

¡El jefe encuebierto está en RCN!





En un artículo de Febrero de 2016, sugerí algunos de los formatos para televisión que están disponibles en el mundo y que por su contenido, desde mi óptica, me parecía interesante que los canales privados miraran con interés, para traerlos a la pantalla nacional. Entre ellos, mencioné “undercorver boss”, programa que el canal RCN estrenó el domingo anterior.

El capítulo de estreno, debo decirlo, me gustó, a pesar de las falencias que tiene desde el punto de vista narrativo, pero aclaro que eso se sustenta en dos puntos que siempre serán objeto de discusión y discordia por tratarse de gustos personales:

  1. El formato original tiene una estructura tripartita en cuanto a la construcción de las tensiones dramáticas de los personajes que integran el capítulo: un personaje neutro (el jefe), un personaje positivo (el empleado diligente, apasionado por su trabajo) y el personaje negativo (el empleado que es un verdadero chupasangres y mal compañero).
  2. En la versión norteamericana centran el foco en el personaje positivo (coprotagonista) y al final le dan un premio o beneficio que, sin lugar a dudas, le cambiará la vida.

Con respecto al primer punto, el capítulo de “Jefe encubierto” no encontró en la primera empresa seleccionada un personaje que tuviera los elementos para convertirse en el antagonista y poder añadir más tensión al capítulo. Ahora bien, diría uno que fue un tema de mala suerte al momento de grabar, pero en la televisión no hay espacio para dejarle las cosas a la suerte. En eso debemos ser claros.

Si el primer capítulo no tuvo antagonista, no fue porque no existiera, sin duda, fue porque los empresarios pusieron la condiciones de no tener un personaje con características “negativas” ligadas a su marca y seguramente los productores tuvieron que pasar el trago amargo de aceptar que así fuera, con el fin de que participaran en el programa.

Ahora bien, narrativamente el capítulo que se estrenó quedó bien armado y logró ser emotivo sin la necesidad de tener que usar un personaje cliché desde el punto de vista dramático, obteniendo un resultado que es bueno en términos dramatúrgicos. Pero eso abre un interrogante que fácilmente deja ver los problema que han tenido que afrontar para la realización del formato y, sobre todo, nos permite predecir que el contenido de los siguientes capítulos será flojo de piernas.
 
La marca que escogieron para el primer capítulo tiene fuerza y reconocimiento, pero también es cierto que nuestra cultura es mojigata y aparentadora, lo cual hace que el grupo de empresarios que acepten un reto como el que propone “Jefe encubierto” sea limitado y que quienes lo acepten tengan emprendimientos que no sean de fácil reconocimiento para la audiencia general.

Elemento que por demás está confirmado por la realización del programa, pues el canal arrancó el proyecto en 2016 y sólo logró hacer 3 capítulos, y en 2017 grabó otros 3. En total, solo tienen 6 emisiones y por esa razón deciden quemar el formato al aire como un relleno de parrilla durante el mes de diciembre que, tradicionalmente, es el mes de menor audiencia.

Sin embargo, la tímida prueba resultó obteniendo el mejor rating de toda la parrilla dominical del canal: 6.7 puntos de rating personas lo colocaron como el cuarto programa más visto en el prime de los domingos.

Lo que tal vez veremos en las siguientes emisiones es un programa que propone algo nuevo, que tiene una buena realización y que seguramente, en cuanto al contenido, intentaron armar de la mejor manera posible, pero que, si dejaron que el formato se fuera bajo las consideraciones de imagen de las compañías que protagonizarán los capítulos, sin duda, caerá entre los  programas sosos que, poco a poco, irán desdibujando todo el potencial de un formato que lo tiene todo para ser de alto impacto.

Si RCN decidió negociar el potencial narrativo que propone “undercover boss”  bajo los temores de empresarios sobre los efectos negativos de personajes que no son buenos empleados, pero que hacen parte de sus plantillas, y no fue capaz de vender el verdadero impacto y el branding que podían construir con la exposición en pantalla de un formato tan impactante como éste, demostrará una vez más que tienen un canal en manos de quienes no saben cómo hacer televisión y que, quienes más necesitan vivir la experiencia  que propone “Jefe Encubierto”, son ellos mismos

¡Amanecerá y veremos!


miércoles, 22 de noviembre de 2017

¡En RCN ni las noticias ya son noticia!


Por: Guillermo Zafra-

¿Qué es lo que pasa por la cabeza de quienes toman las decisiones en canal RCN que no les inmuta su precaria situación en el rating?

Esa es quizás la pregunta que nos hacemos muchos al ver que el canal, que ha producido los programas más memorables de la televisión y con mayor proyección en mercados internacionales, siga sumido en una crisis de rating que parece nunca acabar.

Pues bien, aunque el público general lo intuye, vale la pena aclarar que los canales privados en Colombia cumplen funciones estratégicas para los dos grupos económicos a los que pertenecen. Bajo ese principio y aunque no lo parezca, el producto más importante que tienen los canales son sus noticieros, pues a través de ellos, llevan la información que desean en las condiciones que les interesa.

En los últimos dos años, los noticieros del canal RCN han venido obteniendo resultados cada vez peores. El tema del rating (la cantidad de público que ve un determinado programa) es un indicador claro del alcance que tiene cada producto; en términos de la parrilla de la programación, se usa para determinar el valor de la pauta que se vende, es decir, para productos como novelas, realities, programa de concurso y cualquier otro de entretenimiento, éste es el indicador que sirve para apalancar el ejercicio comercial del canal.

Ahora bien, en el caso de los noticieros, el rating también soporta el ejercicio comercial del canal, al fin y al cabo, se trata de una empresa que tiene un fin lucrativo, pero también se esconde tras éste el impacto y el alcance real que se tiene para poder llevar la información con la que se desea generar opinión en el público.

Los noticieros de RCN fueron el pilar que mantuvo al canal en los afectos de la audiencia durante los dos periodos presidenciales de Álvaro Uribe. La cercanía del canal con el pensamiento del gobierno fue una alianza importante, a la que supo sacarle provecho y que logró mantener a la audiencia cercana y respaldando al canal con sus números de rating.


Pero, en los últimos años, una historia muy distinta ha acompañado el canal, pues durante un tiempo tuvo en la dirección del noticiero a Rafael Pardo y los informativos fueron perdiendo identidad, frente a lo que el canal reaccionó con una decisión vacía e insulsa, renovando toda la imagen y los sets. Para su lanzamiento hizo gran difusión y los televidentes solo se encontraron a los mismos con las mismas…, haciendo lo mismo, pero ahora con unos colores que caracterizaban cada horario.

La caída de imagen continuó vertiginosamente y la siguiente movida del canal fue traer a su nómina de presentadoras, Silvia Corzo y Margarita Ortega, para que, junto a Yamith Palacios, se convirtiera en el gancho que finalmente llamara a la audiencia, pero, una vez más, la estrategia falló porque era de forma y no de fondo.

Quizás, pensando que no había más alternativas que explorar, decidieron volver a su pasado conocido que, seguramente, sí retornaría los noticieros a su nivel de rating e impacto en la opinión pública. Para ello, decidieron traer de nuevo a la dirección de los noticieros a Claudia Gurisatti, periodista que, como nadie, conoce los intereses, inclinaciones y afinidades políticas del grupo dueño del canal y quién estuvo a cargo de los informativos durante gran parte del periodo de la presidencia de Uribe.

La llegada de la nueva-antigua directora trajo consigo varios cambios en la nómina de presentadores y los que habían llegado a reforzar la imagen de credibilidad de los noticieros fueron los primeros que tuvieron que salir del canal. Gurisatti apostó nuevamente por el equipo que había trabajado años atrás y que, claramente, es un equipo aleccionado sobre lo que le gusta a la directora.

Pero contrario a las expectativas que tenía el canal, los números del rating e incidencia de los informativos comenzaron a desplomarse de manera más rápida aún. En pantalla y frente a la audiencia era claro el vínculo filial que hay entre Claudia Gurisatti y la línea política de derecha encabezada por el Ex presidente Uribe.

Ahora bien, a pesar de que era evidente cómo impactaban en los números de rating los cambios de los noticieros, el canal no pareció inmutarse y decidió asumir el proceso de paz y su posterior referendo con la marcada oposición, hecho que terminó por llevar el rating de los informativos a cifras históricas de desaprobación. Esto a pesar de los resultados que se dieron en las urnas.

Hoy en día, los noticieros del canal RCN tienen un muy bajo rating, incluso por debajo de productos enlatados y por debajo de franjas tan poco vistas como la de la tarde. Sin embargo, el canal no ha renunciado a la estrategia que montó. Uno se preguntaría, ¿por qué lo hace?  Y antes de responder la pregunta, lo que parece increíble es que haya preferido mantenerse en la estrategia de ligar los informativos a una posición política clara y evidente para el público, a costa de llevar a toda la parrilla de programación a niveles dramáticos de audiencia y desaprobación.

El negocio de la televisión privada en Colombia se basa en tener una industria que sirva y apalanque los intereses económicos de los grupos que son sus propietarios, pero, al tiempo y por efecto carambola, tener una empresa que, dada la baja competencia en el mercado, pueda rentabilizar el objetivo de influenciar a favor de la consecución de esos intereses. Para que ello ocurra, los canales deben tener audiencia, tener alcance, generar impacto y eso es algo que el canal RCN hoy en día no tiene. Quizás tiene la fe y la esperanza de que el próximo presidente sea de la línea política a la que le ha apostado y, con eso, la audiencia regrese mansamente de la misma manera que le dio la espalda, porque si algo saben bien en el canal es que no somos un país de criterio, somos un país de conveniencia y si hay algo que nos gusta hacer es declararnos parte del equipo ganador.

Si las predicciones se dan y nuevamente hay un presidente de la línea de derecha como Vargas Lleras, entonces el canal RCN habrá acertado en su apuesta y será cuestión de unos meses para que vuelva a ver sus números de rating subir y a sus noticieros recuperar el alcance que algún día tuvieron, pero, si no es así, deberán comenzar a pensar el negocio de la televisión desde lo que aporta en términos de información y entretenimiento, porque esa será la única fórmula con la que podrán volver a poner las aguas en su cauce.

martes, 17 de octubre de 2017

Caracol: ¡A Otro Nível!



Por: Guillermo Zafra-


Después del fallido lanzamiento de la carta estrella para recuperar terreno en el rating por parte de RCN, Protagonistas de nuestra tele,  uno se pregunta si ya estamos frente a un monopolio del entretenimiento.



Independientemente de lo que nos queramos contestar y de los argumentos sobre los cuales fundamentemos las respuesta, lo real, al menos en términos de rating, es que los colombianos están pegados a la señal del canal Caracol.



¿Qué hay en A otro nível que lo ha convertido en el líder de la audiencia en este momento? En lo personal creo que el programa en sí no tiene mucho para defenderse si tuviese un competidor fuerte que lo enfrentara, pero la crisis de la competencia es tan fuerte que el tema ya no es de enfrentado sino de competidor, mejor dicho, hasta que RCN no ataque su problema de Branding, todo seguirá siendo ganancia para Caracol.



Ahora bien, el programa concurso musical que se hace por segunda vez recoge unos frutos mucho mejores que los de su primera versión, en parte por el cansancio y alejamiento que tiene la audiencia con su competidor y en parte; a que ha hecho un trabajo serio en el talento que se pone en pantalla.



La mayoría del público ha visto este tipo de programas musicales en otras audiencias, se pega a ellos por el talento real de sus participantes. A otro nivel  en esta versión, ha puesto en pantalla personas que realmente tienen unas condiciones vocales que impactan a todas luces.



Se vuelve agradable y emocionante disfrutar lo que pueden hacer los diferentes concursantes y en términos narrativos, demuestra que lo dramático no está únicamente en el chisme, la pelea, el engaño y el enfrentamiento; ratifica que hacer entretenimiento se basa en poner eventos dramáticos que terminen enganchando al público por su nivel de referenciación o por su capacidad aspiracional, es decir, porque a todos nos gusta ver que alguien con talento y que no ha alcanzado el reconocimiento que se merece, tiene la oportunidad de realizar el sueño sin que medie lo maquiavélico como herramienta para alcanzar el sueño.



No se trata que el conflicto sea malo, de hecho, es y será la herramienta fundamental para hacer dramaturgia, pero cuando es a lo único que se apela para construir audiencia, se está viendo el ejercicio del entretenimiento de una manera extremadamente limitada y Protagonistas, solo ha usado ese argumento para llevar a su pantalla un público al que la marca le sabe a cacho.



De otra parte, A otro nivel, tiene carisma en su presentadora y ha logrado generar tensiones, al mejor estilo romántico, con uno de sus presentadores enriqueciendo un concurso con un elemento que no le es propio, pero que termina aportando en términos de entretenimiento.



Por último, sus jurados son tranquilos y respetuosos. Entre ellos exponen sus desacuerdos sin que eso genere tensiones, demostrando que la diferencia lejos de ser una amenaza, siempre enriquece. Los tres son reconocidos porque tienen trayectorias de éxito en la música y su conocimiento de la industria o de los talentos que se necesitan, son innegables.



Con respecto a lo anterior, quiero referirme a Silvestre Dangond, y lo hago porque no me gusta su música y porque en el artículo sobre este concurso del año pasado, mencioné que su presencia obedecía a una estrategia para llamar audiencias. Debo reconocer que he visto en este personaje, en términos narrativos, como un elemento que le aporta mucho al programa: es divertido, se conmueve, tiene el juego del coqueteo con la presentadora y tiene la capacidad de reconocer sus limitaciones y desconocimientos.



Aunque sigo pensando que el programa no es de mi gusto y tiene muchas cosas por mejorar, entiendo perfectamente que el público reconozca en él un buen producto y le dé el respaldo con el rating y con ello, tengan a Caracol A otro Nivel


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miércoles, 6 de septiembre de 2017

El canal uno: un frankenstein de Caracol y RCN


Por: Guillermo Zafra- https://rincondelcitrico.blogspot.com.co/



El tan esperado espacio para que existiera en nuestro país un tercer canal privado, después de muchos ires y venires de orden político, se dio y, después de tan larga espera, hace unas semanas vimos sus primeras emisiones al aire.



El canal ha tenido un muy bajo impacto, el rating no ha variado significativamente desde que sus nuevos dueños pusieron al aire la nueva programación. Surge la pregunta, ¿por qué su impacto ha sido tan bajo? Puede que haya múltiples razones para ello y cada quién tendrá un cúmulo de ellas, así que expondré las mías:



  1. Creo (no conozco si había alguna limitación de tipo jurídico, pero lo dudo) que un error garrafal desde el punto de vista de marketing fue dejarle el mismo nombre que tenía. El canal Uno lleva muchos años perdido de los afectos de la audiencia como un canal de entretenimiento. Quienes siguen fiel a él, lo hacen porque ligaron la marca a los noticieros y lo ven exclusivamente en esos espacios.
  2. La idea de llevarse talento de los canales privados tiene fundamento en utilizar la imagen que tienen y así llamar al público, pero armar un canal a punto de los talentos de los otros, claramente, es desperdiciar la oportunidad de marcar un diferencial.
  3. Al armar su imagen con los talentos de los canales privados, terminó pareciendo un frankenstein de Caracol y RCN. Mejor dicho, parece el hijo feo y mal armado de los otros dos y no la idea refrescante de alternativa de programación que todos esperábamos.
  4. Utilizar para su imagen en los noticieros talento que históricamente estaba ligado a los programas de concursos y entretenimiento es un riesgo muy alto, y no lo digo por Iván Lalinde que es un gran profesional, pero quienes hemos hecho televisión sabemos que implícita y explícitamente los presentadores de noticias construyen una credibilidad alrededor de su imagen, así que ligar las noticias del día a día, en un país tan poco noticioso como el nuestro, es arriesgarse a que el público de alguna manera perciba las noticias en un contexto muy diferente.
  5. El programa líder del entretenimiento lo tienen en el horario prime: Guerreros. Al comienzo lo intentaron promocionar como un reality que claramente no lo es (Las razones por las que no lo es, las explico en el libro “El reality en Colombia: un género de telenovela”), para luego pasar a mostrarlo como un concurso, formato que por demás es una mezcla de varios y muy viejos programas de concursos. Se trata de una mezcla de Adán y Eva (de los 80’s) con retos al estilo Fear Factor y Singing Bee. Al final, la mezcla termina siendo tremendamente aburridora por un elemento que aún no logro entender… ¿por qué siempre son los mismos participantes? ¡Qué de emocionante tiene ver noche tras noche, durante dos horas, a los mismos con las mismas acumulando puntos en un sin ton ni son!



Pudiera exponer muchos elementos más, pero el artículo sería demasiado extenso y aburrido de leer. Lo que si vale la pena puntualizar es que, hasta ahora, el Canal Uno se suma a los dos canales privados como “Uno más del montón”, porque no propone nada nuevo.



Incluso sus noticieros que marcan el diferencial, ahora se parecen más a los de la competencia tanto en el set como en la imagen y en los presentadores, con el agravante de tener menos impacto que antes.



Por último, desde mi percepción personal, siento que el canal Uno no es orgánico, se siente como la sumatoria de las programadoras que pasaron a ser sus dueños y no como una unidad estructurada que tiene un objetivo claro.



Si el Cana Uno no toma el riesgo de proponer y marcar una diferencia con sus competidores, tendrá un camino muy difícil por recorrer para entrar en la pelea, ¡por no decir que su suerte seguirá echada!



miércoles, 2 de agosto de 2017

Caracol: ¿Será protagonistas un Desafío A Otro nivel?


Por: Guillermo Zafra- http://bit.ly/2uYIi5d
Para el segundo semestre, se anuncia desde ya en el canal RCN el lanzamiento de Protagonistas de nuestra tele (PDNT). Un reality de “Talento histriónico” que en el balance general le ha dado muy buen resultado al canal con excepciones de un par de ediciones que no obtuvieron los récords acostumbrados.



Caracol, sin duda, debe estar preocupado por este anuncio, aunque hay que hacer claridad de que el arranque no es tan rápido como se cree, pues apenas están en la etapa de inscripciones y casting.



Y aunque este es un programa que tradicionalmente ha seleccionado los participantes por agencias de modelaje y contactos dentro del mismo canal, tendrán que mantener un tiempo prudencial de inscripciones como imagen, para que el público general no sienta que le cierran la puerta en la cara.



El arranque del programa se tendrá que enfrentar a El Desafío, el reality insignia de Caracol que por estos días ha vuelto a tomar fuerza en la teleaudiencia, pero que, muy por el contrario de lo que sus productores creen, no ha mejorado su rating por el formato de pruebas y pruebas.



Nuevamente el reality, es decir, el componente de la convivencia ha tomado valor dramatúrgico dentro de la narrativa y eso ha hecho que el interés se avive sobre el formato. (Esto lo explico en el libro El reality en Colombia: un género de telenovela- http://bit.ly/2f7RBvT)



Aunque, curiosamente, lo que han hecho desde el contenido es aplicar una fórmula que hizo famosa la célebre edición de 2012 de protagonistas de novela con un concursante llamado Óscar Naranjo. Caracol en su versión Súper Humanos también tiene un personaje de las mismas características y con el mismo nombre y, tal y como lo manejo RCN en su momento, el concursante ha entrado y salido de la competencia en varias oportunidades.



Las razones para que reingrese son más que obvias, fue quien dio la mayor cantidad de conflicto y puso a girar a su alrededor y alrededor de su relacionamiento con el equipo de los santandereanos la narrativa de varios capítulos.



Siendo sinceros, sin ese tipo de personajes y todo su aporte dramático, El desafío sería un aburrido programa de pruebas en el que cada vez se parecen más unas a otras, por no decir que parecen una sola.



La competencia de Protagonistas de nuestra tele será seguramente con el final de la edición 2017 de Súper Humanos, que en esta oportunidad también se tomó la licencia de ser más larga que las ediciones anteriores, sin duda, esta vez el reality rondará los 90 capítulos y no los 70 como en los últimos años.



Así las cosas, quien deberá lidiar con Protagonistas será A otro nivel, un formato de talento musical al que le fue bien en su edición pasada, pero fruto de ser el único rey en la pantalla, pues el formato no es innovador.



RCN se está asegurando de que su nuevo proyecto tenga todo lo necesario para, por fin, arrebatarle el primer lugar del rating a Caracol y para eso decidió nuevamente traer a la más que polémica directora de contenido de la edición 2012, la argentina Analía, conocida por su característico manejo de concursantes para asegurarse de que, sí o sí, pase algo llamativo y escandaloso que llame al público.



Somos una audiencia de drama, de chisme, de pelea, así nos duela reconocerlo o así no lo queramos hacer, y con seguridad PDNT tendrá un dosis muy alta de todo esto. Analía y su equipo se asegurarán de escoger un casting polémico y que se polarice fácilmente para que los espectadores hagan lo mismo.



Caracol tendrá que cuidarse la espalda, porque ahora tiene un competidor que sabe lo que causa en el público y ya debe estar preguntándose, ¿si Protagonistas será un Desafío A otro nivel?



miércoles, 19 de julio de 2017

¡RCN a brillar con un show de las estrellas…apagadas!



Por: Guillermo Zafra-Facebook: @RicondelCitrico

Sin pena ni gloria, llegó al canal RCN el muy nombrado Show de las estrellas,  un programa musical casi tan antiguo como Sábados Felices.

La primera pregunta que uno se hace es: ¿por qué llegó un programa que estaba en el canal uno y por qué toma éste el horario prime de los sábados en la noche? Pues la respuesta es más que obvia: para competir con el indestronable programa de humor del Canal Caracol.

En el recuento histórico, RCN ha hecho múltiples intentos por competir en esta franja con Sábados Felices y lo ha hecho con programas de distintos géneros. Seriados de ficción, programas de entretenimiento (películas, formatos de Impro, concursos) y hasta periodísticos desfilaron en el horario sin que el canal se sintiera a gusto con los números alcanzados.

Quizás uno de los que más pelea dio fue Duro contra el muro (DCEM), formato de entretenimiento de origen japonés que mezclaba el humor y los concursos al mejor estilo de Telematch, el programa con pruebas de gran formato que enfrentaba poblaciones alemanas por un premio en dinero que servía para algún proyecto de orden común.

DCEM duró varias temporadas al aire que sumadas pudieron ser entre 3 y 4 años. Aunque sus números nunca superaron los de Sábados Felices, lo que sí es cierto es que el programa logró tener una audiencia fiel que lo seguía.

Mal que bien, logró armar nicho en el público. Pero como era una franquicia producida por Teleset, seguramente sus costos terminaron por determinar su salida del aire-RCN; en estos casos, prepondera la rentabilidad que la construcción de marca.

Sin embargo, el canal siguió manteniendo la ilusión de sacar algún producto que le quitara el reinado de más de cuatro décadas a su competidor, pero su lucha en los últimos años ha sido infructuosa.

Cansado de invertir en productos de distintas índoles y de hacer intentos con diferentes productoras externas, decidió que la mejor opción era competir con un programa que tuviera la misma tradición y acogió al  desahuciado Show de las estrellas (SDLE), que estaba condenado a desaparecer con la adjudicación que se hizo del canal uno.

Ahora bien, la apuesta ha dado resultados que están por debajo de los números que alcanzó en su momento DCEM, pues las primeras emisiones estuvieron coqueteando con los 3 puntos de rating personas frente a los 9 de su competidor, pero en las últimas el rating ha caído por debajo de los 2 puntos.

Por más que hayan renovado estéticamente el set, hace mucho tiempo que la televisión evolucionó y mostró lo débil y flojo de un formato como el SDLE, entonces por qué busca RCN abrirle un espacio que ha querido colonizar durante años.

Podría decirse que el canal pensó que después de tantos intentos fallidos el único argumento que le faltaba probar para la aceptación del público era la tradición y seguro se convencieron que eso era más que suficiente para poner a Jorge Barón.

Con esto en mente, si RCN tenía la esperanza de que ganaría en el enfrentamiento, no tienen la más mínima filiación con el público y lo que le gustaría ver en un horario como ese y, mucho menos, criterio para ver que la televisión evolucionó hace mucho tiempo como para sostener una narrativa como esa.

RCN llevó SDLE a su programación porque era rentable, porque vende, porque Jorge Barón ha vivido de ese programa hasta en las peores crisis de la televisión y, ahora que no tenía ventana, el canal vio la oportunidad de poner el espacio de los sábados a producir dinero.

Bien por el canal, porque logró rentabilizar el espacio como les gusta; ¡muy mal, como casi siempre, porque cada vez están más perdidos y alejados de las preferencias de la audiencia!