Por: Guillermo Zafra-yiyozafra@gmail.com
Nada de lo que se haga con anterioridad, para escoger qué programa a producir, puede asegurar si éste tendrá o no éxito, si el público lo abrigará o no con el respaldo del rating.

Ahora bien, la medida que respalda o no la acogida del público a un producto es el rating y, hasta el momento, por más que se debata o no, es la única medida que rige al mercado y a la industria. Con los recientes lanzamientos de Caracol, Colombia’s Next Top Model- CNTM y Polvo carnavalero, se podría decir que el rating está de su lado, pero qué significa haber estrenado estos dos productos con cifras de 8.8 y 10.2 rating personas respectivamente?
Dadas las condiciones y los números alcanzados por RCN, significa que obtuvieron el segundo y tercer lugar del rating, aunque el primero no preocupe porque es del mismo canal y se trate de Sin senos sí hay paraíso.
Más allá de lo que signifiquen los puestos y los números y, claro, las preferencias de los televidentes, vale la pena mencionar que estos dos productos dejan mucho que desear y nos ponen a pensar sobre qué es lo que siguen produciendo los canales. Tanto Colombia’s como Polvo son productos que no proponen nada nuevo, que no retan y que se miden por lo bajo.
En el reality, si bien el universo (contexto) es una excusa y lo que no se debe perder de vista es que se está haciendo un programa de televisión, también es cierto que mantener la narrativa dentro de ese universo es lo que le da verosimilitud.
Para que sea más claro, hacer un reality sobre modelos no significa que para el canal sea determinante realizar el sueño de los concursantes, se cumple con el premio, pero no hay compromiso con el sueño. Para el canal lo determinante es hacer un producto de televisión, porque el compromiso vital es con el televidente, no con el concursante.
Lo que me llama poderosamente la atención es cómo, para justificar lo dramático, que tanto le gusta al público y que nunca reemplazará lo dramatúrgico, se están pasando por la faja la verosimilitud, poniendo pruebas más aptas para un programa de aventuras, que para el universo de una carrera de modelaje.
Desde mi punto de vista, lo que pasa en términos de las pruebas en Colombia’s Next Top Model es totalmente gratuito, no tiene asidero en lo narrativo. Seguramente generan impacto sobre la audiencia, pero se olvidan de que, por más televisión que sea, debe haber narrativa.
Del otro lado está Polvo Carnavalero que, como ya lo había dicho en otro artículo, es la eterna historia que hemos vistos por años en nuestra televisión (La costeña y el cachaco o Guajira por citar dos ejemplos). La idea de tomar estas culturas y ponerlas en el traje de personajes hiperbolizados que no son ni estereotipos y mucho menos arquetipos, sólo deja espacio para ponerlos en el terreno de la caricatura.
La novela está plagada de construcciones y personajes sin sentido que no dan cuenta de vidas reales. Si algo precisa la ficción, las historias, es creer el mágico puente de la referenciación, de la identificación. Ese vínculo invisible que hace que nos conectemos con las personas que viven la historia y que hace que nos interesemos en saber cómo las van a vivir. De esto más bien poco, por no decir nada.
Pero como a todo marrano le llega su nochebuena, parece que a pesar de obtener números en el rating que los deja por encima de su rival, si los pone a tambalear y lo hace porque quién más marca ahora en el horario “prime” es un producto del horario “late”.
Como dicen popularmente… el que entendió, entendió.
Es una lástima que un producto distinto y bien hecho como lo es “La ley del Corazón” tenga que cargar a cuestas el peso de una marca que está mal hace tiempo. Con este producto se puede ver con claridad que RCN tiene problemas de Branding y no de producto.
Caracol, como aquel que no quiere ver, se repite y se repite y se seguirá repitiendo eternamente, porque no le interesa innovar. Están aferrados a la máxima de que lo que funciona no hay que tocarlo, así los resultados no sean buenos. Pero, mientras se gana en una competencia de dos, no hay mucho de qué preocuparse.
A ver qué pasa cuando entre en funcionamiento la alianza CMI, Noticias Uno y RTI.
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Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarPink sauce, muchas gracias por tu comentario! Siempre es bueno abrir el debate y ver distintos puntos de vista. El ejercicio de la crítica siempre será enriquecedor!
BorrarBuenas tardes. Yo voy a dar mis puntos de vista, basado en el feedback que he recibido respecto de los productos cuestionados. Y en algunas cosas discrepo totalmente:
ResponderBorrarComencemos con CNTM: sus dos temporadas anteriores ratificaron que no es más que un vil relleno de principios de año. En esta última temporada, la mano de Sebastian Martino, el "genio" detrás del "Desafío" está presente: ya nos metió a la villana de su última temporada dizque de instructora física, y lo único que hizo fue generar un conflicto postizo con algunas participantes. Luego, que algunos de los esculturales participantes masculinos de esa misma temporada posen en calzoncillos con las modelos, bah, prueba trillada, digna de la Biblia de la Franquicia.
Como la competencia casi ni existe, a Caracol poco le importa que con el reality de las modelos no pase más nada que elegir una ganadora cuya carta se reducirá a ser portada de una Cromos, salir en el mañanero del canal y ser Chica Águila. De ahí que les importe un carajo el contexto del modelaje top.
Polvo Carnavalero demostró que la mierda bien empacada se puede vender. Porque eso es PC: una absoluta mierda. Johana Cure es protagonista por ser mano de obra barata. Lo mismo podríamos decir de Zea y de La antagonista, cuya diferencia intrínseca con el rol que hizo Geraldine Zivic en "La costeña y el cachaco" es igual a cero. Beto Villa y Pedro Palacio como los versátiles actores que siempre serán llamados para alguna corronchobobela.
Una forista de mi canal en YouTube desnudó que la trama de Polvo Carnavalero es incoherente por una sencilla razón: ¿En qué cabeza cabe que, si la mamá del protagonista le hace tremenda confesión, la mejor idea para ir a buscar al padre biológico es aventurarse a viajar a Barranquilla con el primer costeño medio conocido, y no hacer un rastreo mínimo por Google? Pero, claro, con esta mamarrachada compensan en el canal del molusco el desastre de taquilla que fue PC.
Con LLDC, discrepo totalmente: No está bien hecha. Una novela con mucho cacique y poco indio. Mucho traje caro y poca sustancia. El universo legal está tratado a las patadas. Un abogado no se puede tomar en serio una novela donde desde el episodio 1 cometen un error infantil como hablar de "demanda penal". Y si a eso le sumamos la saturación de elencos (Sebastian Martinez hasta en la sopa), una pareja protagónica sin química, el pésimo arrastre e imagen del canal, te das cuenta que el problema también está en el producto.
En fin, Caracol "vence", pero no convence, parafraseando a Unamuno. Vence en cifras en el mercado interno, pero es un líder en un duelo a dos, y dos que ya no llegan a los 15 puntos ni por error. Pregúntense internacionalmente qué está pasando con las novelas colombianas: NADA, ya no somos novedad, ya no somos creatividad. Solo material de horarios de relleno en canales extranjeros. De Chile o Argentina compran el libreto, de Turquía o Brasil la novela para doblarla. De Colombia...¿quienes somos ya? NADIE!