Por: Guillermo Zafra-yiyozafra@gmail.com
Si hay algo que uno
quisiera tener en una empresa, es un producto que se vuelva un ícono y que el
consumidor esté dispuesto a comprar cada vez que lo tenga frente a él. En la televisión,
no es una tarea fácil lograr un programa con esas características y, quizás, no
lo es porque la misma definición de la televisión demanda que se renueve
constantemente con los productos, que haya historias distintas que nos conecten
con universos desconocidos y con personajes que constantemente nos sorprendan.
Ahora bien,
eventualmente la televisión colombiana ha logrado tener unos programas que han
hecho historia mundial por su larga duración, alcanzando récords como lo es
caso de Sábados Felices. Pero también tenemos programas que se
convirtieron en referentes de humor siendo programas de ficción como lo fue Padres
e Hijos. En este caso, se cambió la coloquial expresión "dura más que
un minuto de microondas" por “dura más que Padres e Hijos”. Si
el programa de humor de los sábados que lleva varias décadas al aire ha sido
indestronable, hay que reconocerle su mérito. En lo personal, creo que ya el
público debiese encontrar un nuevo formato al que le dé el reinado de ese
horario, pero mientras eso sucede en un tiempo que nadie se atreve a precisar,
hay que decir que el acierto del programa es su constante renovación. Hay
humoristas nuevos periódicamente, su contenido gira alrededor de la actualidad
y los contextos son propios a cada época en el que programa ha permanecido al
aire.

Ahora, en las
promociones, presentan al reality como un espacio para súper humanos. Es de
suponer, que todos tendrán una gran destreza físico-atlética y las pruebas
serán muchos más exigentes, por ende, se deduce que se verán cuerpos bien
formados y al tiempo, un rango de edad de los participantes más reducido y
joven. Pero, más allá de la intención de poner a este producto con un
diferencial, me parece que hay obstinación en mantener en pantalla un muy buen
programa que ya cumplió su ciclo. Es cierto que El Desafío surgió en un
momento muy crítico del canal Caracol, cuando Teleset, su productora aliada de
las exitosas expediciones Robinson, firma un volumen deal con RCN y
comienzan a producir La isla de los famosos, y, en medio de la
incertidumbre del momento, aparece este formato que integró un gran elemento de
identificación para el televidente: la estratificación. Como dato histórico
interesante, porque, de alguna manera, Caracol le muestra los dientes a Teleset
y su decisión de hacer alianza con RCN, el nombre de El Desafío lo toma
del apellido que el equipo creativo de Expedición Robinson le había dado
a la edición anterior: Expedición Robinson, el desafío. Pues el equipo
de contenido de ese reality, que ahora estaba en Caracol, sabía que el apellido
que le habían dado a Expedición no era de propiedad del formato y buscaban
hacer un vínculo de recordación.

Pero como dice la
canción "hasta la belleza cansa" y eso es lo que pasa con El
Desafío. A pesar de que sus números de rating no son malos, hace varias
ediciones que dejaron de ser los números que le dieron su renombre. No han sido
apalancadores ni las geografías lejanas ni el regreso de su presentadora
insignia. Es hora de que Caracol se dé cuenta que el formato se desgastó y que
hay necesidad de renovarse en las propuestas que se ponen en pantalla. No se
trata de cambiar el escenario o cambiar las pruebas, se trata de que lo que
mantiene al televidente frente a la pantalla es la sorpresa y la novedad, y
este programa ya tiene muy poco de estos dos elementos.

Si se trata de tener un
producto que repita la historia de este formato, es necesario reconocer y
acordarse cuáles fueron las condiciones en las que se creó y cómo fue el riesgo
lo que motivó dar el salto al vacío en un momento en el que realmente se vivía
un Desafío.
#ElDesafio #ColombiaGritaGol #NuestraTele #CanalCaracol #CanalRCN #Entrenimiento #TelevisionColombiana #FarandulaColombiana
No hay comentarios.:
Publicar un comentario