jueves, 14 de febrero de 2019

¡La gloria de RCN es Betty!




Por: Guillermo Zafra Zafra-FB @ricondelcitrico


La televisión sigue siendo apasionante desde donde se le mire y más aún, si pasan cosas como las que estamos viendo con el rating frente al estreno de Caracol y el Reestreno de RCN.



Caracol, muy al estilo Dago García, lanzó esta semana una historia popular, una historia llena de todo el componente aspiracional que desea el televidente y que per sé, define mucho la industria como generador de productos de masas.



La historia del “lustrador”-embolador- que llegó a ser concejal de Bogotá hace unos años, tiene todos los elementos para llamar al público por montones y el rating claramente lo demostró.



Ahora bien, La gloria de Lucho es un producto que está hecho con los mismos estándares que maneja el canal y que no tiene nada para rasgarse las vestiduras en términos de narrativa. Lo que si no se veía hace rato en un producto como este, es la coherencia en un casting que priorizó la caracterización y la calidad actoral, más que el gancho de imagen para llamar audiencia.



El grupo de actores que está dándole vida a esta historia, en su grueso, es desconocido o con baja figuración, no obstante, hay de sobra histrionismo suficiente para llevar una historia que termina enganchando tanto a los de arriba como a los de abajo.



Sin duda, Caracol con su ya clarísima fórmula para la ficción y con su esquema de programación, ha consolidado una audiencia que lo sigue respaldando y esta nueva “serie”, será la punta de lanza con la que muy seguramente comandará el rating en la primera mitad del año.



Por el lado de RCN se vive otra historia que aunque ya es conocida tiene al canal de plácemes.  El re-estreno de Yo soy Betty surgió por evento fortuito: la muerte de Fernando Gaitán.  Como idea de homenaje, se planteó la idea de volver a emitir uno de sus productos estrella, claro, no sin antes aprovechar la coyuntura y analizar cuál sería la mejor estrategia de programación.



Después de evaluarlo y dado que los resultados del canal este año, si bien no son buenos, claramente han mejorado con respecto de los tres años anteriores, al punto que sus dos productos base del prime time (Reto 4 elementos y La ley del corazón), están sobreaguando y facturando, RCN se jugó una ficha para hacerle contrapeso al lanzamiento de Caracol y movió su parrilla corriendo el producto que más le marcaba La ley del corazón, en una estrategia que seguramente generó muchas dudas al interior del canal.



Mucha gente tuvo que estar dudando cómo podría jugar en su contra mover horarios, sabiendo que han sido criticados duramente por esta práctica, sin embargo, el riesgo de dejar el producto más fuerte frente a un estreno como el que anunciaba Caracol, podría significar la muerte del mismo. Así que, entre la espada y la pared, decidieron mover la parrilla y pasar a  La ley del corazón  en un acto de autoprotección.



Las cuentas eran claras. Si hay que perder… es mejor perder con algo que ya fue un éxito en rating, en ventas y en prestigio. Re-emitir Betty no tendría mayores costos y pondrían a salvo a  la ley con el enroque.



Lo que nunca se imaginaron en RCN es que Betty volvería a llamar al audiencia con tanta fuerza. El cambio de horarios no afectó y el producto estrella del fallecido Fernando Gaitán, saldría a pelear con todo en la parrilla hasta abrirse paso entre 5 programas más visto de la televisión colombiana.



Yo soy Betty  está marcando sobre los 8 puntos rating personas, subió el promedio de la franja, es decir, de Reto 4 elementos y de La ley del corazón. Además ratificó que la televisión hecha desde la fuerza de las historias sigue siendo lo que lleva la gente a la pantalla, pues a pesar de estar enfrentado al producto más fuerte de Caracol, llamó nueva audiencia.



La franja de las 9 de la noche marca entre los dos canales 21 puntos de rating personas, es decir, trajo nueva audiencia, no se robaron público, por el contrario, atrajo televidentes.



La gloria de RCN en este momento es Betty  que no solo marcó a la generación en la que se estrenó por primera vez, también a los que la vieron en la repetición hace unos años atrás y sin duda, marcará a una nueva generación de televidentes que por un fortuito y dramático suceso, terminaron dándole… ¡un gran respiro al canal RCN!  


















martes, 22 de enero de 2019

Noticieros: ¿Propaganda de gobierno o investigación del atentado?


Por: Guillermo Zafra Zafra-FB @ricondelcitrico

Tras el más que criticable y condenable atentado terrorista que sufrió la escuela general Santander de la policía, quedan varias lecciones desde lo televisivo que, seguramente, se escaparon al ojo de los televidentes.

Las muertes, el dolor y la barbarie del acto no tienen ninguna discusión. Lo que si tiene mucho para revisar y analizar es el origen e intenciones del mismo. Si bien el ELN se ha atribuido el acto, como espectador y conocedor de la televisión, si me quedan muchos interrogantes al manejo que se le dio a la información.

Las dudas van desde las más obvias que se refieren a la manera como la fiscalía, ministro de defensa y el propio presidente de la república, abordaron la información y el discurso, es decir, desde qué punto y con qué cristal lo hacen.

Las instituciones han construido el discurso a partir de una investigación de los hechos y los autores, esto sin duda es fundamental y necesario, pero evitan con recelo, hablar de cuáles fueron las acciones u omisiones que tuvo la institución para que el hecho se perpetrara.

Ahora bien, esta construcción del discurso es la que replican Caracol y RCN en sus noticieros buscando ser el amplificador de lo que el gobierno quiere que la opinión publica mire, es decir, hacia donde quiere que ponga todo el foco de atención.

Lo importante es fijarnos es quiénes fueron los responsables del acto sin importar nada más, pero como todo en la vida, la moneda siempre tiene dos caras.

Del otro lado, está el canal Uno y sus noticieros que, tradicionalmente y por más de una década, han sido constantemente premiados como los mejores y los más independientes. La línea de investigación de estos informativos, busca escarbar en las fisuras de la policía en lo que se refiere a la seguridad que debe rodear las instalaciones de una institución como lo es la policía nacional.

Para poner estos dos enfoques y sus radicales diferencias en dos ejemplos, si el televidente hace el ejercicio de buscar los informes sobre el atentado de los tres noticieros, se encontrará que Caracol y RCN dan un despliegue enorme al recorrido del vehículo por las calles de Bogotá, intentado reconstruir una información con unas imágenes que no aportan absolutamente nada.

No obstante, llenan minutos y minutos del noticiero con el mismo informe, para luego, saltar a lo emocional de las víctimas y el dolor de sus familiares. Esto, claramente, para fortalecer la indignación que genera vernos sometidos a un acto como éste. La información relevante de lo que puede ser el origen, motivación, consecuencias e incidencia del mismo, se remiten a los voceros del gobierno para amplificar el mensaje que se quiere y cumplir el cometido de inducir al televidente a una óptica manipulada.

Por su parte el canal  Uno, hace una investigación en la que se pregunta por la posición y el discurso con el que la fiscalía se refiere a cómo está llevando la investigación y hace una reconstrucción de cuáles fueron las posibles omisiones de la policía para que se diera el trágico hecho.

Entre los descubrimientos que hace, se encuentra que la puerta de acceso al lugar dónde ocurrió la explosión, estaba abierta porque se encontraba dañada desde antes del incidente, pero curiosamente después del hecho y de las pesquisas de los periodistas, fue reparada inmediatamente.  Podría uno preguntarse si realmente estuvo dañada.

Al observar la información que los noticieros llevan al televidente es más que obvio las diferencias que hay, pero sobre todo, quiénes buscan amplificar la versión oficial para respaldar las búsquedas e intereses del gobierno y quiénes se hacen preguntas más allá de lo sucedido.

La televisión es una gran herramienta para generar opinión y sin duda los grupos a los que pertenecen los canales, lo entienden y lo administran de acuerdo a sus intereses.  Son empresas privadas y como tal, están en todo su derecho. Lo que le queda a la audiencia como tarea es dejar ese comportamiento típico de comprar la primero que oye o ve, y con eso, hacer juicios de valor.

En un país tan diverso y tan conflictivo como el nuestro, la polarización es nuestro pan de cada día y si no aprendemos, cada uno de nosotros, a buscar otros alimentos, viviremos comiendo lo que nos sirvan en la mesa… ¡en una condena no por obligación sino por elección y pereza!

martes, 15 de enero de 2019

La oscura esperanza que alberga “Sin senos si hay paraíso”


Por: Guillermo Zafra Zafra-FB @ricondelcitrico



La noche de estrenos del pasado 8 de Enero trajo grandes sorpresas.  Los cálculos sobre los que hice una proyección de un margen cerrado entre Caracol y RCN con sus realities no se dio y por el contrario, apareció con mucha fuerza el canal Uno con su serie Sin senos si hay Paraíso.



Tanto RCN como Caracol parecen tener la suerte echada con sus dos productos y lo único que podría modificar la tendencia es la cantidad de capítulos de La Agencia,  que sin duda, serán muchos menos que los 80 que tiene planificados Reto 4 Elementos. Esto, claro está, si RCN no decide acortarlo, pero las probabilidades de que eso pase son muy pocas.



Con este panorama el gran ganador es el canal Uno y lo hace sacando unos números, que si bien no son los óptimos, es cierto que muestran que puede competir sin problemas ante la debilidad que está mostrando el segundo en los listados.



Ahora bien, que haya una competencia entre tres y que el tercero comience a dar pelea es más que beneficioso para un mercado tan estrecho como el de nuestro país. Lo que surge como gran pregunta es… A qué precio lo está haciendo?



Hace varios meses atrás, había escrito sobre el canal Uno como un Frankenstein de Caracol y RCN, es decir, su propuesta no es otra cosa que más de lo mismo y con el estreno de Sin senos si hay paraíso,  reconfirma esta hipótesis.



Una vez más, la Narco temática que ha caracterizado a nuestra historia y que nos ha marcado como sociedad, determina las preferencias de la audiencia en la pantalla.  Si bien este tema está más que recontada al derecho y al revés, lo cierto es que nuestra sociedad la consume y ve en ella no la construcción de la memoria, sino, la puerta que lleva al camino de la esperanza de una mejor vida.



Sin duda somos una cultura “traqueta”.  Ninguno podría decir lo contrario si realmente hace un examen de conciencia y se da cuenta que muchas de las reacciones que tenemos ante los momentos de dificultad es por medio de imponer poder a través del estatus, la capacidad adquisitiva, la cercanía a alguna figura de influencia o en el más patético de los casos, “cañando” con el más que conocido “usted no sabe quien soy yo”.



Sin senos si hay paraíso es una forma más de confirmar que como sociedad no vemos en la marca del narcotráfico una atadura sino que por el contrario, vemos esperanza. Aún nos seducen las historias de un mundo ilegal que nos llenó de violencia hasta casi quitarnos la esperanza de que podíamos ser algo distinto.



Ahora que podemos construir un imaginario diferente y que podemos intentar verlo reflejado en las historias que consumimos, nos negamos a darle la espalda a esa oscura historia que aún sigue siendo una realidad y como todo en nuestra sociedad, seguimos siendo cómplices por omisión.



De nada sirve que continuemos con el discurso de lo que debería ponerse en pantalla, si cuando se pone aquello que  decimos no querer, lo respaldamos con el rating.  Los productores juegan a lo seguro, saben que productos de este estilo han funcionado así que prefieren no arriesgarse y apostarle a una temática que ha demostrado ser ganadora.



Sin duda, la lección que deja los números del canal Uno es que seguimos teniendo la oscura esperanza de que la ilegalidad es válida y ofrece una alternativa de vida y quizás, ese sea nuestra destino porque no hemos hecho nada para construir una realidad distinta. 



Seguramente si no quisiéramos ver este tipo de productos en la pantalla, no los veríamos y no serían hoy el estandarte del triunfo que puede mostrar con orgullo el canal Uno por estar de pie en la lucha del rating, porque al fin y al cabo… ¡Sin senos si hay paraíso!


martes, 8 de enero de 2019

2019: RCN amenaza el reinado del horario estelar de Caracol


Por: Guillermo Zafra Zafra-FB @ricondelcitrico

Las cosas en la televisión colombiana en los últimos años parecen iguales a lo que pasa en nuestra sociedad, por mucho que se desee el cambio parece que nada se modificará.

Hace ya varios años que el canal Caracol tomó un liderato en la audiencia y aunque RCN ha probado múltiples productos, lo único que ha logrado es que la brecha entre los dos canales sea cada vez más grande.

El 2018 logró agudizar la crisis del canal RCN pues alcanzó los puntajes más bajos de rating de su historia en el horario prime. Además, tuvo que sumarle dos elementos dramáticos a su crisis:

1.     Varios de los productos que puso en pantalla tuvieron que ser recortados, después de mover la parrilla de programación, es decir, corrió de horario lo que tenía programado para darle ese espacio a los lanzamientos que terminaron siendo recortados en su duración pues los resultados que obtuvieron eran peores que los que tenían- Exatlón y Colombia Ríe son el ejemplo-.
2.     El canal Uno que no despertó mayores angustias en sus primeros de emisión,  comenzó a figurar como una latente amenaza para RCN ante sus bajos resultados en el horario estelar.

Pero bien dicen que en la vida no se pierde sino que se aprende y para el canal RCN quedó una gran lección de lo que pasó en el 2018, no sé si por decisión o por carambola se da el aprendizaje, pero lo cierto es que desencadenó estrategias que harán mover el reinado de Caracol en el 2019.

El primer gran aprendizaje es la reducción de la duración del noticiero- Ya en artículos anteriores había señalado que el noticiero tal y como está, es el gran yunque en el cuello del canal- y hay reducirlo lo que han logrado es que la caída de la curva de audiencia sea mucho más corta, lo que hace que el resto de la programación no se vea tan golpeada.

El segundo aprendizaje fue dejar de correrle a los resultados de la competencia e intentar trazar una estrategia, ponerla en marcha y evaluar los resultados por sí misma, quizás por esos intentaron restarle importancia a las mediciones de Ibope (hecho por demás desafortunado, porque no intentas restarle importancia a algo de lo que te serviste cuando crees que ya no te da la medida).

Pero más allá de eso, lo importante es que el canal parece estar encontrando el rumbo que tanto necesita y esto sin duda alguna, la audiencia lo agradecerá y eso se verá a partir del 8 de enero del 2019.

RCN por fin se atrevió a ir más allá de los preconceptos de las franjas de encendido de pantalla, es decir, de la cantidad promedio de televisores que se prenden en ciertos periodos determinados de tiempo. Tradicionalmente, final y comienzo de año son periodos donde el encendido promedio baja considerablemente, lo que se traduce en que hay una menor cantidad de personas viendo televisión.

En esa fecha el canal lanzará Reto 4 Elementos, un reality de aventura que si bien en esencia es lo mismo que conoce el público colombiano, tiene unas innovaciones que sin duda lo pondrán en la preferencia de la audiencia frente a su enfrentado: La agencia.

Ahora bien, la estrategia de programación se ceñirá a las enseñanzas que dejó la crisis, primero, RCN es quien pone la fecha de estreno y Caracol se ve obligado a mover la fecha de su estreno. Dos, RCN mantiene el horario del noticiero de solo media hora y  estrenará media hora antes que su enfrentado. Tres, RCN le pegará su producto más fuerte y que logró alargar un par de meses más (La ley del corazón) para fortalecer el lanzamiento.

Caracol, por su parte, tendrá que ver como su reinado del prime se ve afectado porque su lanzamiento, La agencia, tendrá un duro rival al frente y la comodidad de reinar sin nadie que hiciera contrapeso, al menos en este horario, será a otro precio.

RCN, de otro lado, tendrá que seguir pensando desde lo estratégico y dejar atrás lo táctico como lo determinante de sus decisiones, pues lo que pasará con su lanzamiento de Enero tiene fecha de caducidad y por esa razón, debe tener muy bien calculadas sus siguientes jugadas.

Quien quita que hasta este movimiento en el ajedrez de la televisión, termine quitándole espacio al fortín del noticiero de Caracol a punto de… Agua, Fuego, Aire y Tierra.

martes, 5 de diciembre de 2017

¡El jefe encuebierto está en RCN!





En un artículo de Febrero de 2016, sugerí algunos de los formatos para televisión que están disponibles en el mundo y que por su contenido, desde mi óptica, me parecía interesante que los canales privados miraran con interés, para traerlos a la pantalla nacional. Entre ellos, mencioné “undercorver boss”, programa que el canal RCN estrenó el domingo anterior.

El capítulo de estreno, debo decirlo, me gustó, a pesar de las falencias que tiene desde el punto de vista narrativo, pero aclaro que eso se sustenta en dos puntos que siempre serán objeto de discusión y discordia por tratarse de gustos personales:

  1. El formato original tiene una estructura tripartita en cuanto a la construcción de las tensiones dramáticas de los personajes que integran el capítulo: un personaje neutro (el jefe), un personaje positivo (el empleado diligente, apasionado por su trabajo) y el personaje negativo (el empleado que es un verdadero chupasangres y mal compañero).
  2. En la versión norteamericana centran el foco en el personaje positivo (coprotagonista) y al final le dan un premio o beneficio que, sin lugar a dudas, le cambiará la vida.

Con respecto al primer punto, el capítulo de “Jefe encubierto” no encontró en la primera empresa seleccionada un personaje que tuviera los elementos para convertirse en el antagonista y poder añadir más tensión al capítulo. Ahora bien, diría uno que fue un tema de mala suerte al momento de grabar, pero en la televisión no hay espacio para dejarle las cosas a la suerte. En eso debemos ser claros.

Si el primer capítulo no tuvo antagonista, no fue porque no existiera, sin duda, fue porque los empresarios pusieron la condiciones de no tener un personaje con características “negativas” ligadas a su marca y seguramente los productores tuvieron que pasar el trago amargo de aceptar que así fuera, con el fin de que participaran en el programa.

Ahora bien, narrativamente el capítulo que se estrenó quedó bien armado y logró ser emotivo sin la necesidad de tener que usar un personaje cliché desde el punto de vista dramático, obteniendo un resultado que es bueno en términos dramatúrgicos. Pero eso abre un interrogante que fácilmente deja ver los problema que han tenido que afrontar para la realización del formato y, sobre todo, nos permite predecir que el contenido de los siguientes capítulos será flojo de piernas.
 
La marca que escogieron para el primer capítulo tiene fuerza y reconocimiento, pero también es cierto que nuestra cultura es mojigata y aparentadora, lo cual hace que el grupo de empresarios que acepten un reto como el que propone “Jefe encubierto” sea limitado y que quienes lo acepten tengan emprendimientos que no sean de fácil reconocimiento para la audiencia general.

Elemento que por demás está confirmado por la realización del programa, pues el canal arrancó el proyecto en 2016 y sólo logró hacer 3 capítulos, y en 2017 grabó otros 3. En total, solo tienen 6 emisiones y por esa razón deciden quemar el formato al aire como un relleno de parrilla durante el mes de diciembre que, tradicionalmente, es el mes de menor audiencia.

Sin embargo, la tímida prueba resultó obteniendo el mejor rating de toda la parrilla dominical del canal: 6.7 puntos de rating personas lo colocaron como el cuarto programa más visto en el prime de los domingos.

Lo que tal vez veremos en las siguientes emisiones es un programa que propone algo nuevo, que tiene una buena realización y que seguramente, en cuanto al contenido, intentaron armar de la mejor manera posible, pero que, si dejaron que el formato se fuera bajo las consideraciones de imagen de las compañías que protagonizarán los capítulos, sin duda, caerá entre los  programas sosos que, poco a poco, irán desdibujando todo el potencial de un formato que lo tiene todo para ser de alto impacto.

Si RCN decidió negociar el potencial narrativo que propone “undercover boss”  bajo los temores de empresarios sobre los efectos negativos de personajes que no son buenos empleados, pero que hacen parte de sus plantillas, y no fue capaz de vender el verdadero impacto y el branding que podían construir con la exposición en pantalla de un formato tan impactante como éste, demostrará una vez más que tienen un canal en manos de quienes no saben cómo hacer televisión y que, quienes más necesitan vivir la experiencia  que propone “Jefe Encubierto”, son ellos mismos

¡Amanecerá y veremos!


miércoles, 22 de noviembre de 2017

¡En RCN ni las noticias ya son noticia!


Por: Guillermo Zafra-

¿Qué es lo que pasa por la cabeza de quienes toman las decisiones en canal RCN que no les inmuta su precaria situación en el rating?

Esa es quizás la pregunta que nos hacemos muchos al ver que el canal, que ha producido los programas más memorables de la televisión y con mayor proyección en mercados internacionales, siga sumido en una crisis de rating que parece nunca acabar.

Pues bien, aunque el público general lo intuye, vale la pena aclarar que los canales privados en Colombia cumplen funciones estratégicas para los dos grupos económicos a los que pertenecen. Bajo ese principio y aunque no lo parezca, el producto más importante que tienen los canales son sus noticieros, pues a través de ellos, llevan la información que desean en las condiciones que les interesa.

En los últimos dos años, los noticieros del canal RCN han venido obteniendo resultados cada vez peores. El tema del rating (la cantidad de público que ve un determinado programa) es un indicador claro del alcance que tiene cada producto; en términos de la parrilla de la programación, se usa para determinar el valor de la pauta que se vende, es decir, para productos como novelas, realities, programa de concurso y cualquier otro de entretenimiento, éste es el indicador que sirve para apalancar el ejercicio comercial del canal.

Ahora bien, en el caso de los noticieros, el rating también soporta el ejercicio comercial del canal, al fin y al cabo, se trata de una empresa que tiene un fin lucrativo, pero también se esconde tras éste el impacto y el alcance real que se tiene para poder llevar la información con la que se desea generar opinión en el público.

Los noticieros de RCN fueron el pilar que mantuvo al canal en los afectos de la audiencia durante los dos periodos presidenciales de Álvaro Uribe. La cercanía del canal con el pensamiento del gobierno fue una alianza importante, a la que supo sacarle provecho y que logró mantener a la audiencia cercana y respaldando al canal con sus números de rating.


Pero, en los últimos años, una historia muy distinta ha acompañado el canal, pues durante un tiempo tuvo en la dirección del noticiero a Rafael Pardo y los informativos fueron perdiendo identidad, frente a lo que el canal reaccionó con una decisión vacía e insulsa, renovando toda la imagen y los sets. Para su lanzamiento hizo gran difusión y los televidentes solo se encontraron a los mismos con las mismas…, haciendo lo mismo, pero ahora con unos colores que caracterizaban cada horario.

La caída de imagen continuó vertiginosamente y la siguiente movida del canal fue traer a su nómina de presentadoras, Silvia Corzo y Margarita Ortega, para que, junto a Yamith Palacios, se convirtiera en el gancho que finalmente llamara a la audiencia, pero, una vez más, la estrategia falló porque era de forma y no de fondo.

Quizás, pensando que no había más alternativas que explorar, decidieron volver a su pasado conocido que, seguramente, sí retornaría los noticieros a su nivel de rating e impacto en la opinión pública. Para ello, decidieron traer de nuevo a la dirección de los noticieros a Claudia Gurisatti, periodista que, como nadie, conoce los intereses, inclinaciones y afinidades políticas del grupo dueño del canal y quién estuvo a cargo de los informativos durante gran parte del periodo de la presidencia de Uribe.

La llegada de la nueva-antigua directora trajo consigo varios cambios en la nómina de presentadores y los que habían llegado a reforzar la imagen de credibilidad de los noticieros fueron los primeros que tuvieron que salir del canal. Gurisatti apostó nuevamente por el equipo que había trabajado años atrás y que, claramente, es un equipo aleccionado sobre lo que le gusta a la directora.

Pero contrario a las expectativas que tenía el canal, los números del rating e incidencia de los informativos comenzaron a desplomarse de manera más rápida aún. En pantalla y frente a la audiencia era claro el vínculo filial que hay entre Claudia Gurisatti y la línea política de derecha encabezada por el Ex presidente Uribe.

Ahora bien, a pesar de que era evidente cómo impactaban en los números de rating los cambios de los noticieros, el canal no pareció inmutarse y decidió asumir el proceso de paz y su posterior referendo con la marcada oposición, hecho que terminó por llevar el rating de los informativos a cifras históricas de desaprobación. Esto a pesar de los resultados que se dieron en las urnas.

Hoy en día, los noticieros del canal RCN tienen un muy bajo rating, incluso por debajo de productos enlatados y por debajo de franjas tan poco vistas como la de la tarde. Sin embargo, el canal no ha renunciado a la estrategia que montó. Uno se preguntaría, ¿por qué lo hace?  Y antes de responder la pregunta, lo que parece increíble es que haya preferido mantenerse en la estrategia de ligar los informativos a una posición política clara y evidente para el público, a costa de llevar a toda la parrilla de programación a niveles dramáticos de audiencia y desaprobación.

El negocio de la televisión privada en Colombia se basa en tener una industria que sirva y apalanque los intereses económicos de los grupos que son sus propietarios, pero, al tiempo y por efecto carambola, tener una empresa que, dada la baja competencia en el mercado, pueda rentabilizar el objetivo de influenciar a favor de la consecución de esos intereses. Para que ello ocurra, los canales deben tener audiencia, tener alcance, generar impacto y eso es algo que el canal RCN hoy en día no tiene. Quizás tiene la fe y la esperanza de que el próximo presidente sea de la línea política a la que le ha apostado y, con eso, la audiencia regrese mansamente de la misma manera que le dio la espalda, porque si algo saben bien en el canal es que no somos un país de criterio, somos un país de conveniencia y si hay algo que nos gusta hacer es declararnos parte del equipo ganador.

Si las predicciones se dan y nuevamente hay un presidente de la línea de derecha como Vargas Lleras, entonces el canal RCN habrá acertado en su apuesta y será cuestión de unos meses para que vuelva a ver sus números de rating subir y a sus noticieros recuperar el alcance que algún día tuvieron, pero, si no es así, deberán comenzar a pensar el negocio de la televisión desde lo que aporta en términos de información y entretenimiento, porque esa será la única fórmula con la que podrán volver a poner las aguas en su cauce.